Sabiendo que la parroquia había lanzado desde la iglesia, la campaña de recogida de alimentos no perecederos para las familias necesitadas del pueblo y para la residencia de Jesús Abandonado, nos ofrecimos como comunidad local del movimiento de los Focolares a colaborar.
Así estuvimos toda la tarde del 30 de diciembre en un salón de la parroquia después de haberle hecho publicidad a la experiencia. Un buen grupo de personas pasó a dejar su colaboración. Entre nosotros había un clima de alegría que acogía tanto los alimentos como a la gente que venía.
El cargamento de alimentos fue puesto a disposición de la parroquia que se encargaría después del reparto de alimentos a familias necesitadas del pueblo en primer lugar y a la residencia Jesús Abandonado.