Mar Sánchez ha participado en este evento celebrado en Roma junto a 1.200 jóvenes de todo el mundo.
Del 17 al 20 de noviembre y bajo el lema Unstoppable Generation e impulsado por el carisma de la Unidad “que todos sean uno” de la fundadora del Movimiento de los Focolares, Chiara Lubich, comenzaba el Congreso Gen Mundial 2016, celebrado en el Centro Mariapolis de Castelgandolfo en Roma donde cerca de 1.200 jóvenes procedentes de todos los continentes se reunían los días del 17 al 20 de noviembre para celebrar juntos el 50 Aniversario de la creación del Movimiento Gen: la nueva generación del Movimiento de los Focolares.
El congreso arrancaba con la ‘Expo’ de la historia del Movimiento Gen, una exposición dividida en distintas salas con diferentes representaciones artísticas. La ‘Expo’ recoge toda una trayectoria desde el comienzo de la primera generación Gen, de los años 60’s, hasta la última. Todo un espacio dedicado para conmemorar 50 imparables años de luz del Ideal. Una luz que ha cautivado al mundo entero, que ha creado una auténtica revolución de amor, un amor que es Jesús en la cruz, abandonado por el padre.
Más de un millar de jóvenes dieron su ‘Sí’ a Dios, para comprometerse a construir un mundo más unido y fraterno. La generación Gen, los protagonistas de la gran fiesta mundial, tiene como objetivo ser cada uno mensajero de esperanza y de paz al mundo. Jóvenes capaces de dar respuesta ante el dolor de Jesús Abandonado, incluso en las situaciones más críticas, como la guerra o la pobreza.
Uno de los primeros momentos de reflexión, al comienzo del congreso, Chiara, en uno de los videos de la Expo decía: “pero, si me preguntaran, ¿cuál es el ideal? Mira a un Gen, él es el ideal encarnado, es la personificación del Ideal. No sólo, sino que además con su sola existencia, los Gen afirman la existencia del Ideal en su estado puro. No diluido, no disminuido; lo quieren entero y, por lo tanto, son también un estímulo para las demás generaciones porque tienen esta cualidad. No hay de qué enorgullecerse, ha sido Dios quién le ha puesto el Ideal dentro”. Como respuesta, los Gen tuvieron que escribir su nombre en un trozo de CD reciclado y colgarlo en unos hilos construyendo un mosaico de nombres, representando ‘el pacto’ que hacen los Gen con Chiara, confirmando su ‘Sí’, llevando el Ideal como la primera Generación lo hizo.
Así, en los cuatro días de congreso se podía sentir el clima de unidad y fraternidad universal que un día Chiara vio nacer. Una de las actividades que se hicieron durante el congreso fue crear grupos con jóvenes de distinta nacionalidad para tener un punto de encuentro con el otro: Canadá, Iraq, Filipinas, Líbano, España, Italia o Alemania, entre otros, fueron los países que representaban a cada una de las personas que formaban el grupo de unidad. Se lanzaban preguntas como: ¿Cómo conociste el ideal? ¿Cuándo decidiste ser un Gen? ¿Cómo vive cada uno el Ideal en su ciudad?
Además, los jóvenes pudieron conocer las distintas realidades de la Obra en los distintos talleres organizados sobre economía, política, medio ambiente, ecología, salud, entre otros, a nivel mundial. Poniendo sobre la mesa inquietudes y preocupaciones personales de cada uno y poniéndolo en común con el otro, tratando de dar respuesta juntos. “Es difícil pensar en ecología en nuestro país cuando hay gente que se está muriendo de hambre”, decía una Gen de Argentina preocupada por la situación económica de su país.
Chiara, en uno de sus videos decía, que la vida está llena de pruebas, pero con la ayuda de Él, no hay que temer a nada, que todo es posible. Como cada congreso, hubo un momento de ‘comunión de alma’, donde unos 8 Gen contaban en frente de toda la sala, su experiencia de vida. Experiencias como la de un chico iraquí que tuvo que abandonar su país debido al terrorismo, una chica italiana que fue abandonada por sus padres o un salvadoreño que fue perseguido en su país. Jóvenes que no pasan los 25 años de edad, y, que, a pesar de toda dificultad, estaban dispuestos a seguir el camino que Dios le había designado.
En el último día, la fundadora hacía un llamamiento a la Nueva Generación, apoyando el uso de las nuevas tecnologías como herramienta para facilitar el encuentro con el otro: “No es un hombre, es EL HOMBRE, EL HOMBRE MUNDO, el que sale de sí mismo para darse a los demás, al encuentro con el otro”, con estas palabras, Chiara Lubich, cerraba el congreso, dejando a la reflexión, un mensaje de paz y esperanza.