Educación para el Diálogo.

Caravaca de la Cruz. Juan Fernández Robles

El miércoles 29 de octubre, en el Centro de Formación, Empleo e Igualdad de Caravaca de la Cruz, se presentaron las principales conclusiones del Seminario “Educación para el diálogo” organizado por el MPpU (Movimiento Político por la Unidad) y desarrollado el sábado 5 de julio de 2014 en Madrid.

Juan Fernández, educador y periodista hizo un amplio resumen de las ponencias del Seminario así como de las Mesas Redondas, ante un grupo de 25 personas entre las que estaban personas implicadas en la política local (entre ellas, dos concejalas de Caravaca de la Cruz y de Cehegín), docentes, el responsable del Teléfono de la Esperanza en Caravaca y otras personas interesadas en el tema.

El diálogo posterior a la puesta en común de Juan Fernández fue muy enriquecedor. La necesidad de un diálogo constructivo que tenga en cuenta al otro, la posibilidad de que nosotros podamos ser los equivocados y la toma de decisiones en cualquier caso que no perjudiquen a los demás, han sido ideas que han surgido en el debate.
Las leyes ayudan a los ciudadanos y a los educadores a fomentar el diálogo y la libertad de pensamiento en las aulas, pero el ser constructores del diálogo depende de uno mismo y de la formación integral en valores que demos a los alumnos.

Le hemos preguntado a Juan Fernández por las conclusiones del evento.

– Te atreverías a hacer un breve resumen de las ideas clave del evento.

Las premisas de partida para establecer un diálogo deben ser estar atentos a lo que nos une; es necesario escuchar al otro; pensar que podemos, objetivamente, estar
equivocados; y que el otro puede ser la luz que nos haga entender.
Otra idea-resumen sería esta: “Que es necesaria una educación para el diálogo y la convivencia en las aulas y en los patios de nuestros centros educativos, para mantener a nuestros jóvenes activamente alerta contra cualquier forma de exclusión racial o social”. Y ¿cómo hacerlo?, pues a partir de una formación dirigida al desarrollo de sus capacidades para ejercer la libertad y la responsabilidad, la solidaridad y el respeto a las personas, que constituyen la base de la vida en sociedad.
Por otra parte, también es conveniente tener en cuenta que los conflictos de valores e intereses forman parte de la convivencia y deben resolverse con actitud constructiva y tomando decisiones a partir de una escala de valores construida mediante la reflexión crítica y el diálogo. El pluralismo se apoya en el respeto a la diversidad y valora la disensión y, la transforma en elemento de unidad, que es el éxito final de toda convivencia.

– Que resaltarías del debate posterior a la conferencia.

La variedad y riqueza de las reflexiones que se aportaron; los participantes procedían de distintos ámbitos sociales. Me resultó interesante las reflexiones de un orientador en el sentido que “el Pacto en Educación”, tácitamente, ya existe y que las diferencias en las distintas normativas educativas son más formales que de contenido. En otro sentido, también hubo reflexiones desde el ámbito familiar donde se pueden aplicar estas premisas para una verdadera cultura de fraternidad. Por los comentarios, también durante el pequeño ágape que compartimos al final, se había creado un clima de diálogo, que animaba a todos a continuar profundizando en estas propuestas y en otras, que referidas a otros ámbitos de la sociedad surgen desde una visión fraterna del otro.

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